Vertientes

Fuente de aguas inquietas que verdean
bajo el el tímido sol que se ha escondido,
como húmeda pampa
sobre la línea lisa del poniente,
brillo fugaz obnubilado por el polvo
de un galope fantasma hacia destinos
inciertos como el surco
que alguna vez labraron manos ávidas
y ahora es sólo el nido
de la humana maleza,
el tiempo próspero
de la cizaña que te envuelve y nos ahogaba.
Contaminada fórmula
de toda la pureza que ha cabido
en un sueño sin cuerpo,
velo de liviandad evanescente
que enjugaba el sudor de esa única fe
ciega y pequeña.
Cede al golpe del viento,
desborda
precipita
y se la beben
de un sólo trago
guardando el luto de este cielo permanente.
Con qué triste paciencia
vemos el fondo donde yacen,
ahora inútiles
ese puñado vago, patético en su herrumbre,
de pequeñas monedas
sin valor,
en desuso
como el fuego fugaz de los deseos
que lanzamos entonces
alegremente al agua.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que terrible que la hùmeda pampa se vuelva solo poesìa... ¿Acaso ya añoramos la fèrtil verdad de los suelos arrasados del oro verde?

Saludos