Huida
Y caminaron juntos
por la ancha explanada que vadeaba la costa.
Los árboles cimbreaban
temblando por el viento
que exhalaba la ira contenida en tormentas
de unas nubes oscuras que rozaban el agua.
Boca negra de lobo
pantano de los días que vendrían
a llevárselo todo.
Así se llega al mundo
así se dejan todas
las cosas que parecen
insuflarnos el aire.
Se huye de unos signos,
una palabra escrita,
de la sangre cercana,
del hambre,
de los huecos,
por un pasillo largo con dos puertas extremas
sin marcas a la vista.
Se fueron con lo puesto
con las ropas mojadas
y el moho de la historia
pegado a la corteza de la piel.
Boca negra de lobo
así se dejan todas
las cosas que respiran.
Cruzaron el oleaje
oteando desde lejos la señal,
el borde del pasaje,
la puerta que se abría
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