Antiguas maldiciones

Las mañanas de Homero
tienen dedos rosados
es que amasan
toda la sombra de la noche
hasta sangrar, se hunden
esparcen
un fino polvo oscuro
de cosas
que entre los dedos
-purpúreos-
se deshacen.
No hay un lugar
en todo el mundo,
no habrá nunca un lugar para nosotros.
Se ha dicho en Duino:
"Hasta aquí llegamos ...
lo nuestro
es rozarnos así".

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