Escrituras

Lo teníamos todo.
Todo, hasta la falta.
Pero ¿qué dijo la serpiente?
Nos hizo ver que estábamos desnudos.
Lo que se cubre lo que se vela lo que se oculta:
jugar con la madeja que ha tejido las trampas.
Como los niños ignoran que son niños
lo que entonces sucede, sucede para siempre.
¿Leemos? ¿Escribimos?
¿O ellos nos leen y nos escriben y nos hablan?
Sé que son ellos, oigo sus voces, todas sus lenguas infinitas.
Ahora mismo, están ahí
los tendrás en la punta de la pluma.
(Plumas son alas, ala del Angel y la Piedad, de Miguel Angel)
¿Ves qué caligrafía delicada?
Negra tinta en la grieta de la piedra.
Nombrar la flor. Decir es Lila
decirla a ella, bautizarla
inaugurar una cordera desobediente.
Dedo de dios, el que señala, todolotoca.
parece guiarnos hasta las islas.
-Te acompaño-
Cierro los ojos y navego. Sueño con barcos.
No hace falta conocer la curva del estuario
ni la forma precisa de la boca, no hace falta.
Fuimos, por eso somos. Y no sabremos nada más,
porque saber, de ningún modo, cubre las faltas.
En las botellas
hervirá un éter de besos transoceánicos
que no se dan, los que consiguen
mover el agua.
Quemar las cartas como quemamos todas las naves.
Después, sentarse
sobre esa pila de cenizas que fue un bosque
el de los miedos, con tantos signos en la fronda.
Hay que cavar, hasta el carbón.
Con las uñas, cavar hasta que sangren.
¿No te parece?
hasta que apenas se perciba un grumo oscuro
un terrón húmedo, un murmullo de oraciones
y no haya tedio ni dolor.
En el umbral
la fe es la puerta,
y la puerta, ella sola, es el diamante.

2 comentarios:

S dijo...

Permitirse una inmensa fe
en la tierra y el agua
fe a la vivencia diaria
que es respirar y sonreir.


Preciosos tus textos.


Saludos

Anónimo dijo...

Gracias, Bárbara. Veo que anduviste recorriendo mis espacios virtuales, yo también visité el tuyo (los dos) y me llevo una impresión de afinidad. No me sorprende que así sea, suele ocurrir aquí en el "éter"net. Inx